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En el marco de un Mes del Patrimonio que celebra los 200 años del proceso fundacional de la República, la magister en Historia Andrea Tempone y el doctor en historia Diego Bracco invitaron a repensar los relatos que construyen la identidad nacional en un conversatorio realizado en el emblemático Teatro Escayola.

El inicio del Mes del Patrimonio 2025 ha tenido un comienzo excepcional en Tacuarembó. Con la conmemoración del bicentenario en todos los pagos, el Teatro Escayola se vistió de gala para recibir un fascinante intercambio que interpeló al público presente: «¿Qué héroes, qué patrimonio, qué educación?».

La disertación estuvo a cargo de dos reconocidas figuras de la historiografía nacional, Andrea Tempone y Diego Bracco, quienes guiaron a la audiencia a través de una profunda reflexión sobre la historia, la identidad y las narrativas que definen a la sociedad uruguaya. La celebración de este año adquiere una relevancia particular, invitando a todo el País a poner en valor su invaluable acervo cultural, histórico y artístico.

En este contexto, el diálogo propuesto por Tempone y Bracco se erigió como una actividad central para explorar los orígenes de la identidad nacional y su impacto en el presente. La Dra. Andrea Tempone, Inspectora Nacional de Historia y docente de reconocida trayectoria, articuló su presentación en tres ejes fundamentales: patrimonio, héroes y educación. Con una perspectiva renovadora, desafió las nociones tradicionales de estos conceptos. Definió el patrimonio no solo como el acervo monumental, sino como un ente «diverso, dinámico y nómade» que abarca desde la música y las tradiciones culinarias hasta los oficios y los afectos personales. «El patrimonio es esa unión simbólica entre olvido y memoria», afirmó, subrayando la responsabilidad colectiva de rescatar y resignificar aquello que nos identifica.

En cuanto a la figura de los héroes, la docente planteó una pregunta crucial: «¿Esos héroes siguen siendo válidos en el día de hoy?». Propuso humanizar a las figuras canónicas, reconociendo sus «luces y sombras», y, de forma aún más audaz, sugirió «ir al pasado a buscar otros héroes», personajes que representen la diversidad de colectivos que conforman la identidad nacional y que, como las mujeres, han sido históricamente invisibilizados en el panteón nacional. «En Uruguay no tenemos heroínas», sentenció, abriendo una puerta a la revisión crítica de la historia oficial.

Finalmente, en el terreno que le resulta más afín por su vocación docente, Tempone distinguió entre «enseñar» como una tarea profesional y «educar» como una responsabilidad de toda la sociedad. Abogó por una enseñanza de la historia que supere la memorización de fechas y nombres, y que, en cambio, fomente el pensamiento crítico. «Aprender historia es cuestionar y es interrogar», sostuvo, destacando el desafío que supone para los educadores guiar a los estudiantes en un mundo saturado de información y respuestas aparentemente mágicas, como las que ofrece la inteligencia artificial. El objetivo, concluyó, es que los jóvenes se apropien del conocimiento, lo cuestionen y se atrevan a formular «preguntas incómodas». Por su parte, el Dr. Diego Bracco, reconocido investigador especializado en etnohistoria e historia indígena, complementó la disertación desde su vasta experiencia en la investigación de los primeros pobladores del territorio. Su participación, esperada con gran interés, prometía aportar una mirada profunda sobre aquellos «otros héroes» y relatos silenciados que Tempone invitaba a descubrir, enriqueciendo el debate con perspectivas que desbordan las narrativas tradicionales y que son fundamentales para comprender la compleja trama de la identidad uruguaya.

El éxito rotundo de este conversatorio en el Teatro Escayola es solo el comienzo de un mes dedicado a recorrer, descubrir y disfrutar de un sinfín de espectáculos y experiencias que fortalecen nuestra identidad.

La reflexión iniciada por Andrea Tempone y Diego Bracco resuena como un eco necesario en este bicentenario: una invitación a mirar nuestro pasado con ojos críticos para construir un futuro más inclusivo y consciente de la diversidad de voces que componen el relato de la nación.