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El pasado viernes 19 de septiembre, el Teatro Escayola vibró con una noche de profunda significación musical, celebrando la vida y obra de una figura clave de la cultura uruguaya. En el día que Eduardo Mateo hubiera cumplido años, el escenario se iluminó para recibir a «Mateo x 6», un proyecto que conmemoraba, a su vez, sus treinta años de trayectoria en un encuentro que agotó las localidades.

La atmósfera fue la de una genuina fiesta de la música, un homenaje colectivo a un artista cuya influencia sigue resonando con fuerza.Seis de los músicos más importantes de Uruguay —Ney Peraza, Alberto “Mandrake” Wolf, Jorge Schellemberg, Edú “Pitufo” Lombardo, Popo Romano y Martín Ibarburu— se unieron una vez más para reinterpretar el universo sonoro de Mateo. A ellos se sumó, en una ocasión especial, Juan Carlos Ferreira, uno de los fundadores del proyecto, aportando matices renovados a un repertorio que ya es parte de la identidad nacional. El concierto fue un viaje a través de la genialidad de un compositor que fusionó candombe, beat, jazz, bossa nova y rock de una manera única, creando un lenguaje propio que ha inspirado a generaciones enteras.

Eduardo Mateo, nacido en Montevideo en 1940, fue un músico, compositor y poeta que, a pesar de las dificultades y la incomprensión de la industria, nunca dejó de crear. Su disco de 1972, Mateo solo bien se lame, es considerado una obra maestra y un pilar de la música uruguaya. Aunque falleció en 1990, su legado permanece vivo, un símbolo de la creatividad y la vanguardia artística del país.

El evento en el Teatro Escayola no fue solo un concierto, sino la confirmación de que su música sigue interpelando al presente, un redescubrimiento necesario para disfrutar de canciones que han conmovido a miles y que definen una parte esencial de lo que somos. La noche fue un poderoso recordatorio de que la obra de Mateo trasciende el tiempo, celebrada por un público que llenó la sala para honrar a un genio inolvidable.